jueves, 15 de noviembre de 2012

De vanidad a objetos sexuales…en las masas y redes sociales.



De vanidad a objetos sexuales…en las masas y redes sociales.
¿De dónde nace la voluntad por autorretratarse y mostrarse al mundo en redes sociales?
Las personas obsesionadas con su aspecto publican fotos de ellas mismas en las redes sociales para competir por atención. 

Atención, vacios, miedos, inseguridades, etc. Son un sin número de factores que adolecen las masas hoy en día, para alimentar 
la llamada autoestima, que mas que autoestima es un valor tasado en la opinión de los demás, son inseguridades demasiado internas para trabajarlas, usualmente se van apagando con el trascurso del tiempo, para una vez más cobrar vida cuando se procrea, todas estas inseguridades les son transmitidas a los nuevos miembros de la familia, nos enseñaron a sentirnos bien con nosotros mismos basando la opinión externa, “si nos vemos bien, nos sentimos bien” de aquí parte el estilo de vida de las personas obsesionadas con su apariencia.

A las mujeres se les enseña desde niñas a ser bonitas, a sentirse bonitas, se les imprime este programa tan dentro de su ser, que formara parte de su personalidad y en algunas ocasiones tendrá más peso que la consciencia misma en decisiones que en su vida ha de tomar, a las mujeres nunca se puede tocar la vanidad (decirle que ya no es atractiva para su pareja) sería una ofensa imperdonable atentar contra la vanidad de una mujer superficial, en el hombre esto trabaja de una forma un tanto diferente, a los hombres se les enseña a ser superficiales y solo buscar la belleza exterior. La sabiduría popular afirma que los hombres están programados socialmente y biológicamente obligados a seleccionar a las mujeres sobre la base de la belleza y la juventud, los rasgos físicos que indican la salud reproductiva. El hombre ha basado la atracción de su pareja en base a la vanidad sobre si misma, este busca procrearse atreves del gusto, del gusto nace el interés en el hombre, del gusto nace la atracción y por ende el amor, convirtiéndose así en un ciclo vicioso sin fin, el hombre busca la vanidad de la mujer, para así tornarla en un objeto sexual, la mujer busca el amor usando su vanidad como anzuelo. Tiene que sentirse linda, atractiva, para poderse realizar, difícilmente puede vivir con la idea de que ha dejado de ser atractiva para su pareja, en cambio el hombre le es indiferente en su propia vanidad, siendo su superficialidad la belleza que posea su pareja, la común mente llamada química está basada más en la atracción que lo que reside en el interior de las personas.

Con el paso del tiempo y el rompimiento de los estereotipos el hombre ha desarrollado la vanidad en sí, hasta el punto donde la vanidad es dueña de sus acciones y esta se alimenta de la vanidad femenina, creando atracciones superficiales, relaciones inestables, pues todo está basado en apariencias y aceptación externa, y ahora la unión solo busca saciar los más bajos instintos.

Según estudios realizados por universidades de california, el Dr Stefanone dijo: “Aquellos cuya autoestima se basa en la aprobación de los demás, la apariencia física y factores similares comparten mas fotos en línea que aquellos cuyo valor propio o autoestima se define por conceptos personales, no tienen que convencer o atraer a nadie a partir de sus dotes físicos, pues dejan la apariencia de lado, y los autorretratos”

Podemos analizar estudios y factores psicológicos, toda esta excesiva publicidad a sí mismos, se encuentra vinculada a huecos internos, que buscan ser entretenidos por el juego de la vanidad, una realidad que los medios, películas y la sociedad en general, parece estar bastante contenta en seguir alimentando, cada día son más las intervenciones quirúrgicas, ahora la felicidad y aceptación se basa en la apariencia. Toda esta nota no se basa en la vanidad femenina, el hombre es igualmente responsable de esta superficialidad, al solo buscar una cara bonita y un cuerpo atractivo para satisfacer sus programaciones.

Esto no para aquí, si observamos desde un punto de vista energético, tanto hombres como mujeres gastamos toda nuestra energía y la proyectamos en nuestro físico, la ropa, los accesorios y todo lo que portamos, esta energía que lanzamos a nuestro alrededor, su naturaleza es seducir, ser conquistada y enganchada no quiere transmutarse sola, entonces busca una energía externa que la alimente, ahora ha cobrado vida por sí misma, tiene su propia consciencia y esta obedece a planos más altos de baja densidad, los cuales se alimentan de toda esta energía dispersa que el humano no ha sabido canalizar, el humano promedio pierde la mayoría de su energía por los ojos, el oído, el habla y los orificios naturales, cuando no somos dueños de nuestros actos entregamos nuestra energía al engancharnos con una mirada al ver un espectacular, donde fijas tu atención está tu energía. En las pasarelas, las modelos se vuelven maniquís andantes, toda su energía esta postrada en la proyección que hacen de sí mism@s, esa energía es capaz de convencerte, capaz de disuadirte y seducirte, hipnotizarte, para por fin tener la capacidad de ordenarte a vivir una realidad inexistente, la energía es tan grande y fuerte que imprimen en tu ser la forma en la que te percibes a ti mism@.

Tú decides que buscar, tú decides que alimentar, nunca es tarde para volver a comenzar, si has caído presa de la superficialidad trabaja tus programaciones, en esta sociedad todos estamos trabajando nuestro interior, abre los ojos del alma, para que veas los corazones.

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